I believe in a better way

Me acabo de dar cuenta de que esta noche no llegué demasiado tarde a casa, de que me podía relajar un rato y podía trastear con el ordenador porque...MAÑANA NO TENGO QUE PONER EL DESPERTADOR!!!
Y no me acuerdo de la última noche en que me pasó eso.
Así que esta noche vuelvo a hacer lo que suelo. Llego a mi cuarto, enciendo las luces suaves, y hoy que ya hace frío, enciendo una vela. Pongo música de nuevo y me pongo a descubrir aquello que me bajé hace un mes y que aún no pude escuchar con calma. Mientras, claro, me hago un porrito y me siento en la silla y me estiro y miro al techo y pienso en todo lo hecho las últimas semanas, y en lo vacío que, sin embargo, me ha dejado.
Hasta este proyecto, todo lo anterior que hize merecía la pena sobretodo por el proceso de aprendizaje, de trabajo en equipo, de conocer gente, de aprender y mejorar; el resultado final, el corto o la película, la verdad, sabía que no eran muy buenos, y me traían sin cuidado, porque el proceso era más importante. Y pensé que esta vez sería diferente, porque yo era uno de los impulsores de todo ese proceso. Pero ahora mismo me siento otra vez, mucho más feliz con el proceso que con el resultado, que aunque aún no está ni mucho menos listo, me lo imagino más o menos.
Y me ha dejado vacío y con ganas de empezar de nuevo a buscar algo que me agarre de las tripas.
Así que me relajo y pienso que mañana no tengo mucho que hacer, y me dedico a pensar en todo aquello que quiero terminar desde hace no-se-cuanto (hoy al menos puse la lavadora, y la tendí!).
Tengo que comprar un periódico.
Tengo que llamar a mis amigos.
Tengo que volver a leer una novela.
Tengo que pasear con la moto y la cámara.
Tengo que pensar a dónde me voy el puente de diciembre.
Tengo que cocinar.
Tengo que poner a secar LA planta de maría.
Tengo que ir a bailar.
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Qué maravilla de lista
Buenas noches.