3.11.06

Periferias

Sólo escribo para deciros que aunque no escribo mucho últimamente, no es por falta de ganas. Entre que no tenía internet en mi ordenador (hoy lo reestreno) y que llego a las noches con encefalograma plano, no hay manera.
Pero pienso muy a menudo en escribir, sobre todo cuando voy con la moto, obligado a ir despacio por la dictadura de mi motor. Viendo la ciudad, los edificios, los paisajes...estoy descubriendo una ciudad que desconocía, y que me gusta mucho. De alguna manera me parece una ciudad más "real" que la que acostumbro a ver, o acostumbraba, desde que me mudé a Vallecas.
Me parece más real, por auténtica; en el sentido de que todo lo que veo me es más humano, más crudo. Más duro, pero más hermoso.
La periferia está llena de ropa colgada en los balcones, de señoras tras la barra de un bar, con su bata, que te llaman cariño en cuanto vas dos veces, de bachata en el primer piso de un edificio con el techo tan bajo que lo tocas con la mano, y que Franco construyó para los obreros inmigrantes de la España rural. Ahora los llenan otros inmigrantes que vienen de más lejos.
Están llenos de conversaciones de vecinos, de yonkis hechos mierda, de carros de la compra, de tapas enormes en los bares. Están llenos de bakalas y chicas con pantalones rosa chicle ajustado, de parabólicas en las ventanas para pantallas de plasma pagados con el sueldo de un taxista cabreado. Están llenos de monos de obrero y ruido de ollas y aspiradoras.
No hay grandes escaparates, ni luces de neón. No hay turistas ni puntos de información. No hay gente "cool" ni policías enrrollados con tatuajes (os juro que los he visto en el centro). No hay tiendas modernas ni restaurantes vegetarianos ni farolas de diseño ni reporteros de televisíon; por no haber, no hay ni bolardos!!
Osea, que todo está ahí. En la periferia no hay máscaras.
Eso sí, los pisos son igual de caros.

Buenas noches.


Mi calle:

1 comentario:

Anónimo dijo...

falta una moto gris en la foto, guapo