21.10.08

Algunas tardes de otoño

Algunas tardes de otoño, uno se lleva sorpresas, y de pronto capta el significado de un mensaje que en su momento no supo interpretar de modo adecuado.

Algunas tardes de otoño la melancolía pone un velo en mis ojos. Impide que vea algunas cosas, pero sin embargo otras sólo puedo verlas gracias a él, como un cuchillo que raja el alma de las cosas para que pueda acercarme y comprenderlas.

"Algunas tardes de otoño" es también un regalo que recibí en verano pero que no supe apreciar hasta hace un par de días, en una tarde de otoño.

Un consejo: si alguna vez una amiga a quien quieres mucho te propone algo así como "mira, yo me hago la muerta y tu me haces las fotos", no lo pienses y hazlo, porque más tarde te puedes encontrar algo así el día de tu cumpleaños:


3 comentarios:

Anónimo dijo...

qué gran suerte tenemos....

arabella dijo...

Qúe gran suerte tengo, porque aunque sufro, supuestamente por mi muerte o por no sé bien qué, no quiero morir, ni de coña.
Y qué gran suerte tengo también por ver, oír, oler, tocar...y por poder leer y, a pesar de mi propio velo de otoño, apreciar las cosas bellas, como el regalo que recibiste en verano y que compartes con quienes te leemos.
Como bien dice tu "mono": ¡qué gran suerte tenemos!.

javi dijo...

Chicos, mola mucho.
Es extraño ver estas estas cosas desde la lejanía, desde el exilio rural de la sierra cordobesa. Sentimientos contradictorios.
Lo dicho, mola